"No te vayas."
¡Cómo aprendes de rápido!,
"vuelve pronto..."
Me sorprendes,
qué manera de seducirme.
Y ese dolorcito en el pecho
por dejarte a las siete de la mañana
entre te amos de dormido y de despierto;
entre sábanas de cuadrados me dejas por un instante, sin aire.
Tomo fuerzas en las piernas
y sin pensarlo mucho, me levanto.
Y aunque duele, salgo rápido por una de las puertas.
"No te vayas" es lo último que escucho.
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1 Kommentar:
Qué bonito, Marieta... Yo también quiero salir así de casa.
Un beso.
(te lo debo hace tanto tiempo!)
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