Ya se fueron; esta mañana, con sus maletas de viajeros incansables, con la espalda fuerte, la sonrisa de tristeza y placer, los ojos cerrados de cansancio por tanta fiesta, por tanto vino, en fin por tanta vida que los cobijó durante veinte días.
Fue una visita corta, de una sola noche: dos hombres de un país no tan lejano a Colombia, dos artistas que inspiran a las estrellas. El uno que anda con la moneda regalada en el bolsillo, el otro deshaciéndose de fotos que le recuerdan el amor que lo abandonó a media embarcación. Ambos: almas sensibles, miradas tiernas siempre con el deseo de comunicarse.
Anoche dormí sólo tres horas, pensando y pensando en lo angustiante e inquietante que es emprender un viaje de regreso. Debo confesarlo: tengo pánico de volver.
Mittwoch, Januar 10, 2007
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