Dienstag, Juni 26, 2007

Sobre la mesa de noche, la tristeza tiene gafas

Qué extraña sensación…que ella ya no esté, que su voz no resuene como un cantar, al fondo, después de las escaleras, antes de una ventana, antes del sol…cortinas transparentes…qué rara sensación.

Se cree que son los vientos del tiempo los que harán olvidar ese nudo en la garganta; se tiende a pensar que no será más que una casualidad en la que se recuerda para llorar, llorar mares por esa partida.
Cómo rogarle a la vida para que regrese el tiempo…cómo volverte a abrazar, tenerte entre mis brazos en un momento para eternizar, decirte al oído cuánto te adoro y cuánta falta me harás si algún día te vuelvo a perder…nostalgia de lo que no fue. Añoranza perfumada con rosas.
Domingo…ya había olvidado lo que eran los Domingos…son las cinco, son allá, es familia, es café y torta, es pensar que ya será Lunes, habrá que volver al trabajo, otros al estudio…¿qué rumoran las paredes? ¡Que hubo un incendio! ¡Que son los zapatos los que sostienen las puertas! ¡Que es la vida la que nos está cambiando!

Qué marcada sensación…que ella ya se fue, que su voz ya se apagó, que en el fondo de las escaleras ahora sólo se pinta el paisaje más triste del mundo, antes del umbral, después de un sofá, después de un cielo a punto de desplomar grises… tapetes encogidos, tapetes jorobados…qué triste sensación.