Ya me dieron la noticia del curso y en 15 días tengo que estar sentada en otro lugar, distante de lo que era familiar, experimentando la novedad.
Se siente raro, porque a veces me dan arranques de emoción y otras, me desespero, me lleno de miedo de pensar en la soledad, me da angustia la risa de lo que me producirá allá y me estremezco al imaginarme quiénes contemplarán mis llantos.
Me sorprendo verme en la cama todas estas noches pensando en caras, en nombres, en ciudades y salones. Los paisajes, por más familiares que me parezcan, no alcanzo a abarcarlos, las calles, los trenes y los buses.
Extraño aún sin haberme ido.
Pero prefiero todavía no hablar de eso... aunque poco a poco lo he venido haciendo...
Dienstag, August 16, 2005
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