Es muy temprano, termino un trabajo que tengo que entregar más tarde en la universidad. No me hallo, ni sentada ni parada, ni acostada. Siento varias cosas, se mueven ellas por mi interior y me cierran INexplicablemente el apetito. Me siento contrariada (curioso pero esta palabra ya la había puesto en el blog que se me borró anoche y que no pude publicar). DEfinitivamente otra actitud, Opresión en el alma, rasguños allí, contracciones. Me siento chanda no sé si la embarré, no sé si la embarraron conmigo... y tengo miedo, miedo al abandono mutuo.
Por fortuna existe este medio, por fortuna Pete y Juanita me leen, por fortuna nos leemos mutuamente, por fortuna somos cómplices; y puede ser que nunca lleguemos a hablar de esto en viva voz, pero a veces es mejor esa tortura hermosa del silencio. Me imagino entonces a Pete sonriendo con esos dientes blancos, y a Juanita llena de colores en su vestir (de naranja ¿puede ser?), con unos ojos pequeños, pero muy muy tiernos. Entonces, no sé, no cambia mi actitud. ¿Qué sienten ustedes cuando creen sentirse así como yo?, ¿Cuando el alma siente todas esas cosquillas pero no de felicidad?
Yo, por mi lado me refugio, me quedo callada, no me sale ni una palabra, no me entra comida alguna... hasta que depronto una risa o que sé yo un abrazo eclipsan lo anterior... y así sucesivamente...
Por ahora, parece ser que algo me desAHOGUÉ... pero ¿si ven? la misma palabra desahogo contiene el ahogo... jajaja! ¿Qué otras palabras se les ocurre? A mi por ejemplo, se me ocurre INtranquilidad... estar a la moda con la tranquilidad...ah! ya no me hagan caso... ya perdí el sentido y la coherencia, el hilo conductor (jajaja ¡Qué viva la academia de la lengua, de la literatura!)... Nos vemos pronto.
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