Llueve al ritmo del piano y un aire de melacolía me acompaña, resbala por la ventana y bordea las sombras del olvido. La familia del otro lado; mi chiquito con palabras en la boca intentando leer mis señales de humo...vacío de promesas que no le voy a poder cumplir.
Imaginar a una Bogotá llena de sol y de lluvia, de grandes montañas a las cinco y media. Los amigos de años, los del alma, ellos y yo a la espera de historias y leyendas. Un aire que entra y sale, que coincide con el temor de perder las manos al tejer.
1 Kommentar:
que cosas estas de la vida. justo los viernes de alegria se convierten en nostalgios momentos de reflexion. No te dejes por la nostalgia de lo que vendra, tienes que estar aqui y ahora, por ti, por él, por el momento!
Kommentar veröffentlichen