Siempre enamorada de la disyuntiva, siempre con el corazón en la mano, parada al pie del abismo, con los caminos abiertos de par en par, con los nervios del actor, con la angustia y el deseo a flor de piel.
Si ya había tomado una decisión: de nuevo la vida muerta de la risa, agarrándose la barriga a carcajadas en una esquina... no sé si reirme o ponerme a llorar. Lo cierto, después de todo es que estar frente a una disyuntiva como la que surgió hoy en pleno calor de bus, me hace sentir más que viva.
3 Kommentare:
A veces nos resulta tan irresistible la disyuntiva... Celosa de la determinación nos tienta, provoca, para que nos quedemos con ella, para que sigamos coqueteando y sufriendo a su vera.
Nos necesita ¿y nosotras a ella?
Un abrazo
que sería de la vida sin la disyuntiva? esa que nos recuerda que estamos vivos? esa que confunde, nos envuelve en sus redes y nos hace pensar, pensar y pensar... pero eventualmente encontramos la salida, tomamos la decisión que nos hace sentir más que vivos y nos hace retomar el control de nuestras vidas. te quiero, muak!
Me morí con la imagen de la vida agarrándose la barriga a carcajadas. Me imaginé a un buda regordete disfrazado de maestro de ceremonias de circo. Bravo!
Kommentar veröffentlichen