Angustia y deseo: Nos vemos en Viena

Donnerstag, Februar 08, 2007

Nos vemos en Viena

Con cada despedida se me vuelve el corazón como una uva pasa...

Esta vez, su tren tiraba en dirección a Budapest.

6 Kommentare:

Ana hat gesagt…: Hola "arrugadita"
su mercé y yo también nos veremos dentro de poco en Viena...
..en biena'dentro Boyacá...!
jejeje...chiste bobo pero es que hoy amanecí con la tontina alborotada.

:)); 5:05 AM
Anonym hat gesagt…: Lo mismo le dijeron a Mozart.......; 5:26 AM
XimenaKlemengettingmarried hat gesagt…: hace rato no vengo por aqui,,.... tu angustia y tu deseo me hacen falta,.. pero como se que te tengo..
raro no? tenerte tan cerca porque estas ahi, a menos de un segundo de distancia escrito en nuestro amado "dios bendiga el messenger".... jaja!
veo que las fotos han atrapado tus palabras!; 12:18 PM
Guillermo Gnomo hat gesagt…: Los mismos trenes de la Vía Láctea... el mejor viaje lo hice en este espacio... hermosas combinaciones de colores y consonantes germinadas en la angustia y el deseo a brazos intersticiales; 9:45 AM
vanessa hat gesagt…: el corazon hecho una pasa, el estomago mareado y las mejillas cubiertas de sal...; 1:13 PM
Marieta hat gesagt…: ANGELDREAMS: jajajjaja! bien adentro, si señora. No se me vaya a perder, oyó? sigue así de alborotada que te ves más linda.

ANÓNIMO: jajajaj por fortuna no eres mi anónimo. A tí, mi chelo, qué te dijeron?

XIMENA: me tienes y yo te tengo, espero tenerte siempre visitándonos. Te mando un abrazo grande y espero que sigas mejor de tus manitas, mi cantante favorita.

MENTA PRODUCCIONES: Gracias por tus palabras nuevamente, sígue viajando, acá te espero y tu me esperas, vale?

MALEZA: Claro...su avión la llevará a sus inicios. Pero ahí estaremos para hecharle cremita a las arrugas de tu corazón. Te quiero!; 2:56 PM

Al Idioma Alemán

"Mi destino es la lengua castellana,
El bronce de Francisco de Quevedo,
Pero en la lenta noche caminada,
Me exaltan otras músicas más íntimas.
Alguna me fue dada por la sangre-
Oh voz de Shakespeare y de la Escritura-,
Otras por el azar, que es dadivoso,
Pero a ti, dulce lengua de Alemania,
Te he elegido y buscado, solitario.
A través de vigilias y gramáticas,
De la jungla de las declinaciones,
Del diccionario, que no acierta nunca
Con el matiz preciso, fui acercándome.
Mis noches están llenas de Virgilio,
Dije una vez; también pude haber dicho
de Hölderlin y de Angelus Silesius.
Heine me dio sus altos ruiseñores;
Goethe, la suerte de un amor tardío,
A la vez indulgente y mercenario;
Keller, la rosa que una mano deja
En la mano de un muerto que la amaba
Y que nunca sabrá si es blanca o roja.
Tú, lengua de Alemania, eres tu obra
Capital: el amor entrelazado
de las voces compuestas, las vocales
Abiertas, los sonidos que permiten
El estudioso hexámetro del griego
Y tu rumor de selvas y de noches.
Te tuve alguna vez. Hoy, en la linde
De los años cansados, te diviso
Lejana como el álgebra y la luna."

Jorge Luis Borgesen El oro de los tigres, 1972.