y se va como la ola del mar cansada por la espuma, y se detiene para despedirse, y se gira y el dolor la empieza a consumir...
y se van los ojos agotados por las tormentas, por la lucha y el cansancio de vivir...
y se detiene la mirada que nunca vi envejecer en su hija, que nunca verán mis hijos.
Y se retira poco a poco de esta corrida, se estremece y recomienda a los unos en los otros.
y se llora porque el deseo de ella ya es partir, y se conmueve porque la idea de no volver es romántica y sutilmente angustiadora...
y se alzan coros por su nuevo viaje...
y yo sonrío porque pronto habrá encuentros, porque las noticias vendrán entre ellas, porque ahora le llegarán mis abrazos más sentidos, mis mensajes de cuánto la extraño y la necesito, porque ahora estarán tejiendo de nuevo, en un cielo de algodón, para ellas, solo para ellas.
Dienstag, August 15, 2006
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