Donnerstag, Februar 21, 2008
Donnerstag, Februar 07, 2008
Ay cosita mía
Acabo de recibir tu noticia y no puedo de la felicidad. Ya he gritado, ya se me salieron algunas lágrimas...ayyy qué gran felicidad!!!
No hay nada más que decir: ESPERAR por ese momento en el que vuelva a tenerte entre mis brazos, en el que pueda volverte a abrazar, a besar...ay el corazón se me va a salir! cómo te amo!!!
No hay nada más que decir: ESPERAR por ese momento en el que vuelva a tenerte entre mis brazos, en el que pueda volverte a abrazar, a besar...ay el corazón se me va a salir! cómo te amo!!!
Sonntag, Februar 03, 2008
Ahora
Ahora escondida, en el mar más grande de tristezas, ahora puedo sentarme a escribir sobre eso que me tiene tan triste. Sin que ya nadie me lea, porque no quiero, sin que más nadie me mire. La rutina, el reciclaje de las palabras, ese devenir de contextos, de meterse en la mente del otro, de querer rendirse y otros cuantos demonios, me enfrentan contra el tiempo, contra el pasado y el futuro y contra un presente que no existe.
No consigo despertarme tranquila, ni caminar por la calle serena, la cabeza se me llena de ideas, de prejuicios, quizás, de desórdenes y faltas de reconocimientos.
No es fácil cambiar de vida tan rápido, o por lo menos dejar a quien uno tanto ama. Yo ya no sé qué es gris ni turquesa, ni blanco, ni pálido. Yo sólo sé que me duele, que no hay pensamiento, que hay angustia, poco de deseo, o miedo a tenerlo.
Estoy tan triste, tan sumergida en esto... Me porto mal con los que más me quieren, me desaparezco, parezco un monstruo en una cueva. Es horrible vivir esta tempestad, es insoportable y poco saludable para el alma, para el poco intento de razón.
Cuando ya no hay Dios, cuando ya uno no puede agarrarse de nada (ni siquiera de mí misma, porque ando cambiante como la luna), entonces ya no hay espera, ni esperanza, ni verde furtivo ni noches de pasión.
Me falta todo y me falta nada. Ni siquiera me ilusiona la idea de encontrarlo pronto. Me siento abandonada en el peor de los vacíos, sin una lucecita que me acompañe, sin un amigo que me pregunte y al que yo pueda responderle lo que me pregunta...es que lo que siento no lo miden las palabras.
Me falta poco para perder la razón, para lanzarme por el despeñadero. Me falta poco para morir en la pesadilla, para caerme por las escaleras, para trastocar mi fidelidad. No es aquí, tampoco es allá. Ya no hay lugar, no hay ningún lugar.
Abandono y silencio, se nos acaba de convertir en eso el mismo camino, la vida compartida y la añoranza. Hay debilidad hacia el otro, hay poca comprensión, juzgo y me juzgan. Quisiera olvidar para no sufrir esta decadencia. Apartarme pero altiva, no orgullosa, pero resignada a que el olvido hace parte de amar.
Estoy aburrida, aburrida de esta vida, de estos dias sin sentido.
Samstag, Februar 02, 2008
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