Dunas de confianza

SER y ESTAR

Anhelos

Si pudiera encontrarte al salir esta noche de mi casa, encontrarte jugando tristezas en un parque, persiguiendo alegrías en un jardín, te tomaría de la mano, de la misma mano que ha cambiado con el tiempo, te abrazaría tan fuerte que reconocería el llanto futuro, te besaría las mejillas y te adelantaría parte de lo que será tu vida. Me encantaría recorrer tu espalda a punta de cosquillas, hacerte reir y temblar.

Si pudiera encontrarte te enseñaría a no dejar de anhelar lo que habrás de ser...

Añoranza

El cuerpo, la mente y el alma

De cantantes a sirenas

Encantadas... Juguetonas... Enamoradas del tiempo, de la música y la juerga.
Por supuesto que es cierto eso de que la risa en cada lugar es diferente. Hacía mucho que la garganta no me dolía.
Al final no se sabe qué pasó con su canto...
Qué buena esta sensación: nunca me he ido, nunca me iré.

Ja, so wie du bist

Quizás...

haya que descastrar recuerdos...

Trozos de tí que me empiezo a llevar

Tu aire, por ejemplo...



Tu agua y esas piedras que la decoran.

Tu fuego, entre tantas cosas bellas y simples...

Tu tierra, de la que me cuesta hoy alejarme.

Son algunos de los trozos que empaco en mi maleta, que me empiezo a llevar; cosas que acomodo, que cuido y de las que no se puede prescindir. Trozos de tí.

Abilelo: destellos de tí... ¡Cómo te extraño!

Desierto

Al fin... ¿Quién es quién?

Uno de eso días...

Ansiosa, espero nuestro encuentro

Entre presagios y deseos

La niña.

Ojos piedra, ojos hielo

Ya te lo he dicho,
ojos piedra, ojos hielo:
tu mejor momento.
Cuando explotas,
cuando tiemblas,
cuando los fijas en los míos
y me entran unas ganas
locas de llorar,
y
es más fuerte lo que siento.

Ojos piedra, ojos hielo
no podré olvidarlos:
desobirtan frío,
desde afuera
hacia las entrañas,
ojos piedra, ojos hielo;
tu sudor con el mío,
no sonríes,
no parpadeas;
y
ya los he contado

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son como veinte,
y a veces, cuando desistes
llega con ellos la ternura,
se convierten en mariposas
ojos piedra, ojos hielo.

Reunes nuevamente fuerzas,
vuelven poderosos
ojos hielo, ojos piedra
que se cierran tras abrir tu boca
para tomar aire,

y...
yo sonriente, conmovida,
los espero, los atrapo
ojos piedra, ojos hielo.

se me olvida...

a veces lo que aprendí de Pedro: que las cosas no hay que tomárselas personalmente; que hay que morirse de la risa ante la desesperación de aquél que reclama, de ver las cosas desde lejos como si lo que estuviera pasando no me involucrara.
A veces se olvida y me salgo de las manos.

Delicioso

¿Qué pasó ese día?